viernes, 29 de julio de 2022

MÓDULO 4.4. DESCRIPCIÓN DE LAS FASES DE SECUENCIACIÓN DIDÁCTICA A PARTIR DEL MODELO EXPERIENCIAL

 

Introducción.


Pasamos a la descripción de las fases del modelo, la argumentación de su necesidad y las orientaciones prácticas para su desarrollo.

Para el planteamiento de la secuencia didáctica es conveniente revisar el análisis de competencias específicas y criterios de evaluación que hicimos en el módulo 2. Como consecuencia de ese análisis se proponen posibles tareas y actividades que debemos incluir a lo largo de la secuencia, siempre con el sentido que le dará la finalidad de nuestra situación de aprendizaje, y que nos ayudarán a resolver el reto, problema o desempeño planteado.

Una cuestión transversal a todo el modelo es la importancia de que todas las acciones que se desarrollen sirvan para dar coherencia a lo largo de la secuencia entre lo que se pide que se haga en el reto o tarea final (en la FASE 1), lo que se RECUERDA (en la FASE 2), lo que se EXPLORA (en la FASE 3), y lo que se INSTRUYE (en la FASE 4) y el producto final que se REALIZA (en la FASE 5).

Solo debe recordar, explorar y estructurar lo que tenga sentido para la realización del reto final.

Fase 1: Motivar o movilizar.


Francisco Mora: “La curiosidad es necesaria para iniciar un proceso de enseñanza/ aprendizaje. Poco se puede enseñar y aprender bien si no está mediado por la emoción”.


Esta fase debe comenzar con una secuencia de actividades que busque despertar la curiosidad por aprender. Es el momento de involucrar al aprendiz.  Se trata de enseñar con emoción, es decir, haciendo curioso lo que se enseña y capturar la atención despierta, sostenida y consciente. 

Aquí deben quedar, mediante acciones explícitas, los por qué y los para qué de lo que van a aprender. También es  el momento de mostrar al alumnado los  objetivos de aprendizaje, es decir es el momento de especificar el reto, producto o desempeño que se busca, explícita, detallada y claramente para el alumnado.  

¿Qué podemos hacer en el aula en esta fase?

    • Genera curiosidad en la presentación de la nueva situación enfocándote en sus preguntas, sus dudas, sus intereses más que en la búsqueda de sus respuestas. 
    • Provoca, emociona y motiva en la presentación de la tarea. Esto puedes hacerlo mediante un vídeo, una infografía, una imagen o un texto que sea capaz de generar interés en un contexto relevante para el alumnado. Prepara acciones que les anime a expresar en voz alta lo sentido al ver, leer o escuchar el documento presentado.
    • Utiliza rutinas y estrategias disparadoras de la motivación: sentido de pertenencia, conseguir estatus, dale sentido social, épico o artístico a la propuesta.  
    • Explicita los objetivos/metas de aprendizaje. Puedes hacerlos visibles mediante una rúbrica, un mapa guía o un checklist, un simple listado o cuadrante mural.

No olvides que el alumnado encontrará “motivación” cuando encuentre un “motivo” que le invite a la acción, a ponerse en marcha y embarcarse en la situación de aprendizaje que hemos planteado.

Fase 2: Activar.


Héctor Ruiz: “Aprender implica tres procesos necesariamente: debemos obtener la información (codificación), debemos conservarla (almacenamiento) y debemos ser capaces de recuperarla (evocación)”.

Ausubel: “La clave del aprendizaje significativo está en la relación que se pueda establecer entre la nueva información y las ideas y aprendizaje ya existentes en la memoria del alumnado”.


En esta fase diseñaremos acciones de evocación que  activen los conocimientos previos del alumnado, uno de los factores destacados como evidencia de aprendizaje visible por Hattie (2008, 2015). Es muy relevante dedicar tiempo necesario al inicio de la secuencia a esta parte, donde activaremos lo que el alumnado ya conoce para construir desde ahí nuevos aprendizajes.

¿Qué podemos hacer en el aula en esta fase?

    • Propón situaciones que evoquen los conocimientos previos y que sirvan de conectores con las tareas siguientes, con el contexto en actividades grupales e individuales.
      • Actividades que obliguen a resolver situaciones problema que consistan en sucesos frente a los cuales el alumnado deba realizar anticipaciones o predicciones mediante preguntas guía, exploratorias o literales. 
      • Diseñar mapas conceptuales. 
      • Confeccionar diagramas, dibujos, infografías. 
      • Realizar una lluvia de ideas. 
      • Trabajar en pequeños grupos con discusiones guiadas.
    • Genera conflictos cognitivos para depurar las falsas creencias y concepciones erróneas o mal aprendidas.
      • Acciones de ensayo – error.
      • Una pregunta fuera de la caja.
      • Una toma de decisión.
      • Relatar un hecho curioso.
      • ...

Puedes apoyarte en recursos como acertijos y adivinanzas; juegos de rol, de mesa, de estrategia, rompecabezas… que te ayuden a que el alumnado ponga en funcionamiento sus conocimientos previos.

Fase 3: Explorar.


Piaget : “El aprendizaje es un proceso que mediante el cual el sujeto, desde la experiencia, la manipulación de objetos, la interacción con las personas, genera o construye conocimiento, modificando, en forma activa sus esquemas cognoscitivos del mundo que lo rodea”.


Es el momento de que cada sujeto organice, estructure, dé significado e integre el material que vaya a construir, y que esto lo haga experimentando, manipulando, tocando, sintiendo…

A partir de los conocimientos activados en la fase anterior,  planteamos al alumnado la resolución de un problema o actividad que ponga en marcha estos aprendizajes y le posibilite una primera experiencia de éxito.

Esta fase tiene un fuerte componente social, además requiere que la dificultad de la actividad esté ajustada a las características del alumnado.

Una vez claro el producto o reto a desarrollar en nuestra situación de aprendizaje, podemos plantear en esta fase de exploración una situación similar que el alumnado pueda resolver con éxito, sin incorporar aún nuevos aprendizajes.

¿Qué podemos hacer en el aula en esta fase?

    • Presenta experiencias vividas por el propio alumnado, de terceros (invitados al aula) o ficticias (por medio de un audiovisual).
    • Podemos planificar visitas, excursiones, pequeñas salidas del aula siempre con propósito y estructura (utilizando un cuaderno guía o cuadernos de campo).
      • Preparar vivencias y experiencias por medio de recursos y técnicas sencillas.
      • Sacar al escenario.
      • Poner en movimiento.
      • Estudios de caso.
      • Crea encuestas y votaciones.
      • Propón pequeños desafíos o retos que podrán resolver colaborativamente.
      • Ofrecer materiales adicionales...
      • A través de juegos.
    • Plantea investigaciones para descubrir, investigar, buscar respuestas, genera pequeños laboratorios o talleres. Y que aprendan ocupando entornos variados (patio, salas especiales, visitas a espacios diversos…). Recuerda que la curiosidad debe seguir estando presente en todo el proceso.

Fase 4: Estructurar.


Se trata de construir nuevos conocimientos y reconstruir aprendizajes anteriores. Es el momento de reflexionar, reforzar, deducir o sintetizar lo explorado anteriormente. También es el momento de explicar, y realizar instrucción directa e indirecta, hasta llegar al nuevo concepto que se persigue. 

En esta fase vamos a introducir los nuevos aprendizajes que el alumnado necesitará para desarrollar con éxito el producto o reto marcado desde el inicio.

¿Qué podemos hacer en el aula en esta fase?

    • Diseña actividades de análisis y síntesis, de reflexión acerca de las experiencias de la fase de exploración.
    • Utiliza estrategias basadas en la evidencia como:
      • Compartir resultados observados.
      • Establecer discusiones y análisis crítico de la tarea.
      • Introducir conceptos y/o procedimientos a partir de casos relevantes.
      • Proporcionar explicaciones y modelos para formalizar los nuevos conocimientos.
      • Guiar la comprensión.
    • Generar procesos de instrucción para: 
      • Explicitar la estructura y conexiones entre estos conceptos.
      • Profundizar sobre los conceptos o procedimientos encajados.
      • Promover la construcción personalizada de significados. 
      • Usar preguntas, ejemplos, prácticas y retroalimentación para la comprobación de la comprensión.

Fase 5: Aplicar.


Robert Swartz: “Uno de los objetivos más importantes de la educación, y a la vez uno de los más descuidados, es conseguir la transferencia del aprendizaje”. 


Es el momento de verificar lo aprendido, aplicando los conocimientos para resolver el reto o problema planteado desde el inicio de la secuencia y comprobando su utilidad en nuevas situaciones.

Se trata de aplicar transferencia, es decir, generar  actividades para que los estudiantes aprendan algo en un contexto y lo apliquen en otro significativamente diferente. 

¿Qué podemos hacer en el aula para generar estas transferencias?

    • Buscar conexiones con la vida real.
    • Estrategias diversas para transferencias (próximas y lejanas) del aprendizaje.
      • Realizar el mismo ejercicio con un ejemplo diferente.
      • Buscar, crear o imaginar ejemplos en contextos alejados.
      • Comparar y contrastar con decisiones personales.
      • Realizar un diario de sus decisiones.

Fase 6: Concluir (Comprobar y evaluar).


Es importante plantearnos si hemos cumplido con las preguntas o reto del inicio y valorar si hemos respondido.

Necesitamos revisar todo el proceso desde el inicio de manera explícita, presentando en el aula los grandes hitos de la secuencia vivida. Así facilitaremos la autoevaluación del alumnado.

¿Qué podemos hacer en el aula en esta fase?

    • Recolectar y organizar los datos para ir visualizando el desempeño adquirido mediante evidencias, tales como:
      • Registros variados de observaciones sistemáticas de trabajo y conductuales.
      • Porfolio del estudiante y cuadernos de trabajo.
      • La propia tarea y proyecto final.
      • Defensas y presentaciones orales.
      • Rutinas de pensamiento.
      • Entrevistas.
      • Registros anecdóticos.
      • Muestras de trabajos del estudiante (exámenes, informes, ensayos...).
    • Acompañamiento:
      • Síntesis final que retroalimenta al alumnado.
      • Cuadernos de equipo.
    • Evaluación de la práctica (mediante instrumentos y técnicas variados de evaluación).
      • Listas de cotejo.
      • Escalas de valoración. 
      • Rúbricas.